domingo, 21 de agosto de 2016

Narel, (primeros poemas)

Ojala pudiera decir que esto fue producto de leer "Randolph Carter y otros relatos", "La llamada de Cthulhu" y el "Horror de Dunwich", pero no todo en la vida es el buen Lovecraft o Stephen King, esta cosa lo escribí años antes.

Narel.

Aquel que todo sabe, que todo ve.
Aspira a ser el todo en uno y el uno en todo.

 Un ente todopoderoso al que debes temer;
siempre observa, meditabundo y sereno,
ocupando un trono que ningún ser percibe.

Eterna y fatal es su belleza;
magna e infinita es su inteligencia.
Motor secundario del caos mismo en el universo.
Detonante de la creación.

Espectador ubicuo de la vida.
Primogénito predilecto el cosmos.
Maníaca de la muerte y la destrucción.

Su sola presencia augura locura y devastación.
El Artista más puro y adepto de la depravación.
La antítesis de la vida.
La espora maligna de dientes largos y afilados,
bañados en sangre y con ácido en lugar de saliva.

La loba ciega de las empinadas montañas nevadas.
Incompasivo asesino; sádica y genocida.
Habita en el turbulento y caótico vacío cósmico
junto a su padre y creador, esperando, pacientemente,
desde las sombras y en silencio, destronarlo,
para así ocupar su lugar como regente y amo

absoluto de todos los universos y alternos.

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